I Asamblea Cavernaria: "Asociaciones Humanas"

Me he tomado la libertad de escribir este primer mensaje en relación a nuestra primera Asamblea Cavernaria de esta nueva etapa y les pido a los demás cavernarios que me perdonen y sé perfectamente que me comprenderán porque todos sabemos que los escritores han nacido para eso, para escribir y .....tan sólo eso es lo que he echo:

Aquí os dejo una parte de lo que tenía y tengo preparado para en su momento hacer nuestra AsambleA.



Llevamos tiempo sin hacer asambleas, también llevamos tiempo sin hablar abiertamente de estos temas y lo peor de todo , al menos para mí, es que personalmente también llevo bastante tiempo sin escribir un ensayo, sin escribir un pensamiento.

Últimamente tan sólo las canciones y los apuntes ocupan el tiempo de mis escritos , pero hay un problema oculto y arraigado en todo esto: y es que mi cabeza sigue y sigue pensando. Sigue y sigue maquinando, se sigue y se sigue preguntando, esto me provoca a veces sensación de frustración y otras veces de libertad.

Con el tiempo me he dado cuenta que sólo escribiendo se anulan las frustraciones y florece la libertad….

….Y hoy he escrito sobre las asambleas, sobre los grupos humanos y sobre las Asociaciones. Tan sólo espero que los quebraderos de cabeza, las verdades absolutas y las frustraciones se queden en la calle Stradivarius.







La verdad, me ha costado un poco comenzar a escribir sobre este tema de “Asociaciones humanas” y no sólo por lo que he expresado anteriormente, si mi pluma permanecía quieta y mi papel en blanco no era por la falta de ideas. Sino por todo lo contrario: Nietzsche, Platón, Bergson, Bourdieu, Dostoievsky, Aristóteles… No sabía en quien apoyarme , no lo tenía claro. Todos tienen algo grande que decir sobre los grupos humanos y todos me iluminaron hace tiempo sobre este tema, pero debido a la falta de tiempo y a que debo priorizar sólo puedo comenzar con uno de ellos y éste no puede ser otro que Platón y el más grande de sus escritos y quizás de todos los escritos de la humanidad. Me refiero a la Republica de Platón y a su ideal de Estado. Me refiero a una asociación humana Perfecta, una agrupación ideal de personas que creó el genial filósofo y que por un breve periodo de tiempo disfrutó la Grecia de hace ya muchos años, he de decir que este periodo coincide con el mayor periodo de prosperidad y riqueza cultural que un Estado nunca ha alcanzado.



El Estado ideal es para Platón como una especie de hombre gigante, como un organismo perfecto formado por la unidad de todos los individuos así como el hombre está formado por la unidad de todos los órganos.

Tal y como en el hombre hay tres facultades

la razón que domina

la voluntad que ejecuta

y los sentidos que obedecen

En el Estado hay tres facultades equivalentes que se traducen en tres clases sociales distintas:

la clase de los sabios o los filósofos a los que corresponde la suprema dirección del Estado

la clase de los guerreros, a la que corresponde la defensa del Estado

y la clase inferior de los mercaderes, artesanos y agricultores corresponde la producción de riqueza necesaria para la satisfacción de las más bajas necesidades de la vida humana.



Los filósofos, los hombres sabios, son los que determinan a qué clase corresponde cada persona, y esta selección, se basa en las aptitudes naturales de los hombres y la educación como medio para desenvolver esa predisposición. Esto se vincula con su concepto de que en todo Estado debe darse un cambio de servicio entre los hombres, haciéndose para ello necesaria la especialización en distintas tareas, con lo que alude al principio de la división del trabajo.

Como la unidad y armonía interior del Estado (así como en el individuo) por la Justicia, éste debe tender a asegurarla tanto en la vida interior de los individuos como en la organización social.

Sobre el papel puede parecer que se trata de un sistema elitista, de un sistema de clases, pero en realidad es todo lo contrario. Se trata de un sistema justo en el que cada uno tiene un cometido que cumplir, en el que todo el mundo es importante y realmente nadie está por encima de nadie, tan sólo el propio estado. La Justicia consiste precisamente en que cada clase debe cumplir su misión. Para que la razón y el sentido común prevalezca por encima de todo.

Platón se preocupa por la formación de la clase dirigente, esa pequeña elite a la que debe confiarse la misión suprema de establecer la unidad interior del Estado mediante el dominio absoluto e impersonal de la razón. Pues únicamente la razón puede alcanzar la armonía perfecta subordinando todo interés particular al interés general de la comunidad. Así los dirigentes deben convertirse en órganos de la razón, que es el conocimiento de lo bello en sí, de lo justo en sí, de lo eterno y lo divino.



Hoy en día será imposible aproximarse al gobierno ideal a menos que los filósofos sean los que gobiernen o los gobernantes se conviertan por arte de magia en filósofos y cambien de una vez por todas la palabra PODER por la palabra RAZÓN.