Frankenstein de Mary Shelley

Esta obra la tuve que leer hace muy poco para hacer un trabajo, y la verdad es que me sorprendió gratamente y me abrió las puertas hacia grandes clásicos de la literatura universal.

La obra está escrita con una calidad literaria muy rica y un ritmo arrollador. Mary Shelley nos muestra su gran originalidad al regalarnos una de las obras más completas e innovadoras de toda la literatura universal.

Frankenstein fue sugerida en una conversación trivial y se llevo a cabo en parte como diversión y en parte como un mero ejercicio de agitación mental para la autora.
Un grupo de escritores y literatos entre los que se encontraban Lord Byron, Percy Shelley, Claire Clairmont, William Polidori y la propia autora del libro, se reunían ocasionalmente en Ginebra que era la ciudad donde pasaba los veranos la familia Shelley y donde trascurre gran parte de la historia que se relata en el libro. Allí solían divertirse con historias alemanas de fantasmas y relatos de terror que poco a poco llevaron al propio grupo a plantear el reto de escribir cada uno una historia basada en algún hecho sobrenatural.
La obra que a continuación analizaremos fue sin duda la más sublime de todas ellas e incluso la única que se terminó completamente.

La tecnología puede llegar a escaparse de las manos del hombre; esto se sabe pero casi nunca se tiene en cuenta. Obras muy importantes de la literatura universal como 1984, Frankenstein, Metrópolis, etc.. nos lo recuerdan .Pero ¿ realmente el ser humano es consciente de los peligros que puede llevar consigo el mal uso de la tecnología?.
Las páginas del libro de Mary Shelley nos dan mucho que pensar.
Ésta y otras muchas historias acerca de las drásticas consecuencias que pueden darse debido al progreso en la ciencia y tecnología nos hace que nos paremos a pensar seriamente si el progreso es conveniente para el futuro de la humanidad y sobre todo, si las medidas que el hombre propone para que esto no ocurra son suficientes y adecuadas en cada caso.

Yo creo que el profesor Víctor Frankenstein no se para a pensar en lo éticamente correcto o en que pasará con su creación. En este caso el protagonista sabe como infundir la vida a un cuerpo inherte y simplemente lo hace. El doctor Frankenstein ve la oportunidad, tiene los conocimientos necesarios y los medios adecuados y no duda en bajar la palanca que convertirá a su muñeco sin vida en un monstruo.
Hay un hecho que nos muestra lo realmente inhumano y desolador que puede llegar a ser la labor de un científico, me refiero a algo que hace Víctor Frankenstein con su creación: él no personaliza su experimento, no le da una humanidad propia, una identidad. Parece que ni siquiera le interesen los sentimientos y los problemas de su creación. Ni siquiera le da un nombre y piensa en su criatura como en algo totalmente ligado a la ciencia y totalmente subordinado al hombre. Este hecho yo creo que es lo que hace que se trunquen los planes de Víctor. Un científico, como cualquier profesional ,ha de ser mucho antes un ser humano que un mero instrumento para hacer ciencia . Los problemas éticos y morales que planteen cualquier trabajo que realicemos a lo largo de nuestra vida deben de abrirnos un poco los ojos ante lo que estamos haciendo y ponerle freno a nuestros sueños y pretensiones.


La novela “Frankenstein” es una alerta de los problemas que puede provocar el desarrollo científico, esto resulta cuanto menos “chocante” ya que la obra fue escrita en los comienzos de la revolución industrial. La rebelión del monstruo contra su creador es una especie de mensaje alertándonos de lo que puede ocasionarnos el uso irresponsable de la tecnología y , sobre todo, las consecuencias imprevistas de su uso.

Debemos de defender el progreso de la ciencia y la tecnología, ya que todos nos beneficiamos de su evolución, pero también tenemos que tener presente que vivimos en un mundo que no tiene copia de seguridad por si algo sale mal y que cualquier fallo científico a pequeña escala puede ocasionar catástrofes para el ser humano. Tampoco hay que ser catastrofistas ni sensacionalistas, yo estoy absolutamente convencido de que Leibniz no nos mintió al afirmar que vivimos en el mejor de los mundos posibles y creo que seguiremos haciendo el mejor de los mundos posibles.

El Señor Vicepresidente también se leyó este libro un poco después que yo. Creo que al igual que me pasó a mí flipó con uno de los grandes clásicos de la literatura universal.