Cronica de un empanado:Jovenes hashisians.
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Cronica de un empanado:Jovenes hashisians.
Os pongo un articulo bastante intersante que encontre por ahi. La verdad es cortito y muy facil de entendr. Puede abrir grndes debates este documento si haceis el esfuerzo de leerlo claro....No obstante, espero que el foro lo visite mas gente y todos puedan dar una pasada al articulo, que la verda sea dicha no dice nada que ya no sepamos, pero da pistas muy intersantes...
La apatía de los jóvenes consumidores de hachís
Uno de los trastornos psiquiátricos más frecuente y debatido en consumidores crónicos de cannabis es el llamado “síndrome amotivacional”. McGlothlin y West en 1968, fueron los primeros en señalar que el consumo regular de cannabis producía una serie de sintomas psíquicos (McGlothlin y West 1968). A la vez Smith, describía los mismos síntomas en jóvenes con consumo regular de marihuana entre los que incluía, apatía, disminución de productividad, déficits generales e interacción social disminuida (Smith 1968). El debate se centra en si este síndrome está asociado al consumo de cannabis o si refleja rasgos caracteriales de algunos consumidores.
Tradicionalmente el síndrome amotivacional se ha asociado al consumo prolongado de dosis altas de hachís y se caracteriza por desgana para hacer cualquier cosa, como asistir a clase, al trabajo, o a cualquier actividad que requiera atención prolongada y tenacidad. La persona se vuelve apática, anérgica, suele ganar peso y parece extremadamente perezosa. Los jóvenes en su argot habitual definen este estado como “ estar empanado”.
Aunque la explicación y los mecanismos de dicha asociación no están bien establecidos, parece que los pacientes que lo presentan muestran una serie de rasgos previos similares a los que se describen como propios de este síndrome, es decir que el cannabis provocaría un aumento en la intensidad de dichos rasgos.
El interés del tema ha ido en aumento a raiz del alto consumo de cannabis entre los jóvenes. El cannabis sigue siendo la droga más consumida en España y en el conjunto de los países de la Unión Europea. Como ejemplo a destacar serían los datos de la encuesta realizada a escolares de 14 a 18 años en la Comunidad de Madrid en el año 2000 que muestran que el cannabis es, exceptuando el alcohol y el tabaco, la droga más extendida entre los estudiantes de 14 a 18 años. El 30% declaran haberla consumido en los 12 meses previos a la encuesta, siendo la edad de inicio los 14.8 años. El mayor consumo regular se da en la banda de edad de 20 a 24.
Entre los resultados de un estudio realizado por nuestro grupo, pendiente de publicar donde jóvenes consumidores de hachís contestaron un cuestionario anónimo en relación a los efectos tras el consumo de la sustancia y la aparición de sintomatología de abstinencia, hay que destacar que el consumo de cannabis provocó una sintomatología específica de “no tener ganas de hacer nada” en mas de la mitad de los encuestados, siendo claramente mayor en el grupo con consumo diario, en relación al grupo de consumo esporádico o de fin de semana. La valoración de si este síntoma apareció mas en aquellos con rasgos previos no ha sido posible al ser un cuestionario anónimo, aunque si quedó claro que la frecuencia de consumo influyó en su aparición (Baño y cols. en prensa).
Si intentamos avanzar en el camino de las neurociencias y encontrar las bases neurobiológicas que nos permitan encontrar una respuesta a los trastornos mentales, es obvio que solo las observaciones clínicas que los investigadores básicos puedan demostrar nos ayudarán a encontrar una explicación neurobiológica a este conjunto de síntomas que dan lugar al síndrome amotivacional.
Desde este punto de vista, el consumo crónico de cannabis, al igual que otras drogas, produciría un mantenimiento del mismo debido al refuerzo positivo que producen los efectos placenteros de la sustancia sobre el sistema de recompensa cerebral, cuya vía final común de actuación es la via dopaminérgica mesolímbica. (Stahl. 2000). Como consecuencia se producen fenómenos de tolerancia a la sustancia, cuya traducción a nivel molecular es una disminución de los receptores CB1 y cuyo efecto clínico es el mantenimiento del consumo que acaba en el desarrollo de la adicción y la dependencia a la sustancia. El consumo mantenido, se reflejaría no solo en la disminución de los receptores CB1, sino también en una disminución de la liberación de dopamina. El resultado según defienden algunos autores (Palomo y cols. 2001) produciría un estado de hipodopaminergia cuyos efectos sobre la conducta podría ser una de las explicaciones del síndrome amotivacional resultante de la adicción.
Otro dato que condiciona la aparición de la sintomatología es la cuantificación de las dosis administradas ya que la relación dosis–efecto en un cierto rango, es una condición básica para establecer el criterio de actividad farmacológica que en el caso de los cannabis, se produciría al actuar el principio activo D9-tetrahidrocannabinol (THC), sobre receptores CB1. Un trabajo publicado recientemente por Herkenham y cols, ofrece un mapa de los lugares donde los cannabis ejercen su acción en el cerebro, determinando su afinidad por determinadas estructuras cerebrales. Sin embargo, todavía no está claro si el consumo de cannabis tiene algún efecto predecible sobre conductas específicas, alteraciones cognitivas y/o consecuencias afectivas derivadas del sitio de unión a receptores CB1 en determinadas zonas cerebrales. Hasta la fecha no existen ensayos clínicos controlados, ni estudios epidemiológicos que relacionen la cantidad consumida con los efectos producidos ya que es difícil conocer en los consumidores la dosis exacta que provoque síntomas específicos.
Algunos estudios realizado en animales de experimentación como el realizado por Jentsch y cols, señalan que pequeñas cantidades de THC pueden provocar déficits en el lóbulo frontal (Jentsch JD y cols en 1998). Sin embargo en pacientes consumidores aunque no se han podido demostrar daños específicos, si se han observado una serie de efectos que pueden tener que ver con enfermedades psíquicas preexistentes. El artículo sobre cannabis y esquizofrenia publicado por Caspari en 1999, indica que aquellos pacientes con abusos previos de cannabis han tenido mas hospitalizaciones, peor funcionamiento social y alteraciones en escalas que miden alteraciones del pensamiento (BPRS) y hostilidad (AMDP). (Caspari, 1999).
En resumen, quedan muchas lagunas por resolver en relación a la explicación y los mecanismos que provocan el síndrome amotivacional en consumidores de cannabis, la frecuencia de consumo y dosis necesaria para su aparición así como la identificación de esos rasgos previos que predispongan a su aparición. La pregunta final sería por qué mas de la mitad de consumidores diarios señalan como consecuencia del consumo en un cuestionario “no tener ganas de hacer nada” como un efecto habitual de la sustancia. ¿Son esos rasgos previos los que condicionan la frecuencia del síntoma entre los jóvenes? ¿Es la cantidad consumida el factor fundamental? ¿ Cual es el papel que juegan las interacciones farmacológicas producidas por el policonsumo de sustancias?. Tendremos que seguir avanzando poco a poco en este camino tratando de identificar los síntomas clínicos y relacionarlas con las respuestas obtenidas en investigación básica.
Bibliografía
• McGlothlin WH, West LJ. The Marijuana Problem: An Overview. American Journal of Psychiatry. 125 : 370-378, 1968.
• Smith DE. Acute and chronic toxicity in marihuana. Journal of Psychedelic Drugs. 2 : 37-47, 1968.
• Stahl SM. Psycopharmacology of reward and drugs of abuse. Essential Psychopharmacology. Cambridge University Press 2000.
• Baño MD, Ramos JA, Lopez ML, De Antonio V, Guillén JL. Síndrome de abstinencia y otros efectos en jóvenes fumadores de hachís. Adicciones (En prensa).
• Palomo T, Gorriti MA, Ponce G, Archer T, Jiménez Arriero MA. De la investigación básica sobre los cannabinoides al estudio de las alteraciones clínicas asociadas a su consumo, Avances Neurocientíficos y Realidad Clínica III, Trastornos adictivos, (Palomo T, Beninger RJ, Jiménez-Arriero MA, Archer T, Eds), Fundación Cerebro y Mente, Editorial Síntesis, Madrid, pp. 197-223, 2001.
• Herkenham M., Lynn AB, Little MD, Jonson MR, Melvin LS, De Costa BR, Rice KC. Cannabinoid receptor localization in brain. Proceedings of the National Academy of Science USA. 87 : 1932-1990, 1990
• Jentsch J D, Verrico C D, Le D, Roth RH. Repeated exposure to D9-tetrahydrocannabinol reduces prefrontal cortex dopamine metabolism in the rat. Neuroscience Letters 246 : 169-172, 1998
• Caspari D. Cannabis and Schizophrenia: Results of a follow-up Study. Eur Arch Psychiatry Clin Neuroscience. 249 : 45-49, 1999.
Dra. Mª Dolores Baño. Médico-Psiquiatra. Coordinadora Programa Municipal de Drogas de Majadahonda
La apatía de los jóvenes consumidores de hachís
Uno de los trastornos psiquiátricos más frecuente y debatido en consumidores crónicos de cannabis es el llamado “síndrome amotivacional”. McGlothlin y West en 1968, fueron los primeros en señalar que el consumo regular de cannabis producía una serie de sintomas psíquicos (McGlothlin y West 1968). A la vez Smith, describía los mismos síntomas en jóvenes con consumo regular de marihuana entre los que incluía, apatía, disminución de productividad, déficits generales e interacción social disminuida (Smith 1968). El debate se centra en si este síndrome está asociado al consumo de cannabis o si refleja rasgos caracteriales de algunos consumidores.
Tradicionalmente el síndrome amotivacional se ha asociado al consumo prolongado de dosis altas de hachís y se caracteriza por desgana para hacer cualquier cosa, como asistir a clase, al trabajo, o a cualquier actividad que requiera atención prolongada y tenacidad. La persona se vuelve apática, anérgica, suele ganar peso y parece extremadamente perezosa. Los jóvenes en su argot habitual definen este estado como “ estar empanado”.
Aunque la explicación y los mecanismos de dicha asociación no están bien establecidos, parece que los pacientes que lo presentan muestran una serie de rasgos previos similares a los que se describen como propios de este síndrome, es decir que el cannabis provocaría un aumento en la intensidad de dichos rasgos.
El interés del tema ha ido en aumento a raiz del alto consumo de cannabis entre los jóvenes. El cannabis sigue siendo la droga más consumida en España y en el conjunto de los países de la Unión Europea. Como ejemplo a destacar serían los datos de la encuesta realizada a escolares de 14 a 18 años en la Comunidad de Madrid en el año 2000 que muestran que el cannabis es, exceptuando el alcohol y el tabaco, la droga más extendida entre los estudiantes de 14 a 18 años. El 30% declaran haberla consumido en los 12 meses previos a la encuesta, siendo la edad de inicio los 14.8 años. El mayor consumo regular se da en la banda de edad de 20 a 24.
Entre los resultados de un estudio realizado por nuestro grupo, pendiente de publicar donde jóvenes consumidores de hachís contestaron un cuestionario anónimo en relación a los efectos tras el consumo de la sustancia y la aparición de sintomatología de abstinencia, hay que destacar que el consumo de cannabis provocó una sintomatología específica de “no tener ganas de hacer nada” en mas de la mitad de los encuestados, siendo claramente mayor en el grupo con consumo diario, en relación al grupo de consumo esporádico o de fin de semana. La valoración de si este síntoma apareció mas en aquellos con rasgos previos no ha sido posible al ser un cuestionario anónimo, aunque si quedó claro que la frecuencia de consumo influyó en su aparición (Baño y cols. en prensa).
Si intentamos avanzar en el camino de las neurociencias y encontrar las bases neurobiológicas que nos permitan encontrar una respuesta a los trastornos mentales, es obvio que solo las observaciones clínicas que los investigadores básicos puedan demostrar nos ayudarán a encontrar una explicación neurobiológica a este conjunto de síntomas que dan lugar al síndrome amotivacional.
Desde este punto de vista, el consumo crónico de cannabis, al igual que otras drogas, produciría un mantenimiento del mismo debido al refuerzo positivo que producen los efectos placenteros de la sustancia sobre el sistema de recompensa cerebral, cuya vía final común de actuación es la via dopaminérgica mesolímbica. (Stahl. 2000). Como consecuencia se producen fenómenos de tolerancia a la sustancia, cuya traducción a nivel molecular es una disminución de los receptores CB1 y cuyo efecto clínico es el mantenimiento del consumo que acaba en el desarrollo de la adicción y la dependencia a la sustancia. El consumo mantenido, se reflejaría no solo en la disminución de los receptores CB1, sino también en una disminución de la liberación de dopamina. El resultado según defienden algunos autores (Palomo y cols. 2001) produciría un estado de hipodopaminergia cuyos efectos sobre la conducta podría ser una de las explicaciones del síndrome amotivacional resultante de la adicción.
Otro dato que condiciona la aparición de la sintomatología es la cuantificación de las dosis administradas ya que la relación dosis–efecto en un cierto rango, es una condición básica para establecer el criterio de actividad farmacológica que en el caso de los cannabis, se produciría al actuar el principio activo D9-tetrahidrocannabinol (THC), sobre receptores CB1. Un trabajo publicado recientemente por Herkenham y cols, ofrece un mapa de los lugares donde los cannabis ejercen su acción en el cerebro, determinando su afinidad por determinadas estructuras cerebrales. Sin embargo, todavía no está claro si el consumo de cannabis tiene algún efecto predecible sobre conductas específicas, alteraciones cognitivas y/o consecuencias afectivas derivadas del sitio de unión a receptores CB1 en determinadas zonas cerebrales. Hasta la fecha no existen ensayos clínicos controlados, ni estudios epidemiológicos que relacionen la cantidad consumida con los efectos producidos ya que es difícil conocer en los consumidores la dosis exacta que provoque síntomas específicos.
Algunos estudios realizado en animales de experimentación como el realizado por Jentsch y cols, señalan que pequeñas cantidades de THC pueden provocar déficits en el lóbulo frontal (Jentsch JD y cols en 1998). Sin embargo en pacientes consumidores aunque no se han podido demostrar daños específicos, si se han observado una serie de efectos que pueden tener que ver con enfermedades psíquicas preexistentes. El artículo sobre cannabis y esquizofrenia publicado por Caspari en 1999, indica que aquellos pacientes con abusos previos de cannabis han tenido mas hospitalizaciones, peor funcionamiento social y alteraciones en escalas que miden alteraciones del pensamiento (BPRS) y hostilidad (AMDP). (Caspari, 1999).
En resumen, quedan muchas lagunas por resolver en relación a la explicación y los mecanismos que provocan el síndrome amotivacional en consumidores de cannabis, la frecuencia de consumo y dosis necesaria para su aparición así como la identificación de esos rasgos previos que predispongan a su aparición. La pregunta final sería por qué mas de la mitad de consumidores diarios señalan como consecuencia del consumo en un cuestionario “no tener ganas de hacer nada” como un efecto habitual de la sustancia. ¿Son esos rasgos previos los que condicionan la frecuencia del síntoma entre los jóvenes? ¿Es la cantidad consumida el factor fundamental? ¿ Cual es el papel que juegan las interacciones farmacológicas producidas por el policonsumo de sustancias?. Tendremos que seguir avanzando poco a poco en este camino tratando de identificar los síntomas clínicos y relacionarlas con las respuestas obtenidas en investigación básica.
Bibliografía
• McGlothlin WH, West LJ. The Marijuana Problem: An Overview. American Journal of Psychiatry. 125 : 370-378, 1968.
• Smith DE. Acute and chronic toxicity in marihuana. Journal of Psychedelic Drugs. 2 : 37-47, 1968.
• Stahl SM. Psycopharmacology of reward and drugs of abuse. Essential Psychopharmacology. Cambridge University Press 2000.
• Baño MD, Ramos JA, Lopez ML, De Antonio V, Guillén JL. Síndrome de abstinencia y otros efectos en jóvenes fumadores de hachís. Adicciones (En prensa).
• Palomo T, Gorriti MA, Ponce G, Archer T, Jiménez Arriero MA. De la investigación básica sobre los cannabinoides al estudio de las alteraciones clínicas asociadas a su consumo, Avances Neurocientíficos y Realidad Clínica III, Trastornos adictivos, (Palomo T, Beninger RJ, Jiménez-Arriero MA, Archer T, Eds), Fundación Cerebro y Mente, Editorial Síntesis, Madrid, pp. 197-223, 2001.
• Herkenham M., Lynn AB, Little MD, Jonson MR, Melvin LS, De Costa BR, Rice KC. Cannabinoid receptor localization in brain. Proceedings of the National Academy of Science USA. 87 : 1932-1990, 1990
• Jentsch J D, Verrico C D, Le D, Roth RH. Repeated exposure to D9-tetrahydrocannabinol reduces prefrontal cortex dopamine metabolism in the rat. Neuroscience Letters 246 : 169-172, 1998
• Caspari D. Cannabis and Schizophrenia: Results of a follow-up Study. Eur Arch Psychiatry Clin Neuroscience. 249 : 45-49, 1999.
Dra. Mª Dolores Baño. Médico-Psiquiatra. Coordinadora Programa Municipal de Drogas de Majadahonda
ramon- Mamá Micho
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Re: Cronica de un empanado:Jovenes hashisians.
Plasma en esencia lo q todos ya sabemos.
- El cannabis te deja alelao, atontao, empanao...
- Provoca una desintegración social al consumir altas dosis ya que te atrapas muy frecuentemente en tu mundo de paranoia virtual y dejas de lado toda conversación, ser o paisaje q haya a tu alrededor.
- Sólo hace falta mirar a nuestro alrededor y ver como están todos los fumadores activos de nuestros keridos barrios... reventaitos del cerebro.
- Como toda droga, en este caso el cannabis, cuando se toma frecuentemente crea una rutina y una adicción que poco a poco se va acelerando dependiendo del consumo.
- La juventud, de 14 en adelante, tiene cada día más fácil el consumo de cannabis y como es una droga "no muy mal vista" y "con gran aceptación" pues hay 250 mil lugares donde se puede acudir a encontrarla.
No sé q consumo habrá en otras partes de España pero en Málaga hay un consumo yo diría abusivo, no se muy bien si por la proximidad del principal exportador ,Marruecos , o x moda de q fumar keda muy bien visto o no se yo xq...
Conclusión al respecto: x muchos estudios q hagan o dejen de hacer respecto a lo perjudicial o no de fumar lirios, porros, canelos, makaflys, cigarritos de la risa, trompetas, barritas incandescentes del dios todo poderoso de la santa felicidad escondida, fumar cannabis es totalmente dañino para el cerebro y el cuerpo. Intentar saber con cuanta cantidad o con cuanta rutina se puede llegar a manifestar un síntoma cannábico en mi parecer es una magnífica estupidez.
una sutileza
Para abrir un poco debate, me gustaria precisar damian, que en mi opinion no estoy deacuerdo en tu conclusion en esta parte:
Intentar saber con cuanta cantidad o con cuanta rutina se puede llegar a manifestar un síntoma cannábico en mi parecer es una magnífica estupidez.Porque es precisamente esa la clave. Todo es cuestion de administracion de la dosis, es igual que con las medicina, una cantidad puede ser beneficioso, una dosis excesiva mortal.Desde el inicio de los tiempos el hombre consume droga de forma ocasional para buscar detrmindaos estados de conciencia.No obtsante, el mundo actual hace que el uso de la droga se halla vanalizado, de forma que no se aprecia realmente el potencial positivo que pueden tener ciertas experiencias controladas, pasando al uso indiscriminado, habitual, de facil acceso,para calmar ansiedades,adicciones fisicias,etc...( todas las varibales posibles).
Intentar saber con cuanta cantidad o con cuanta rutina se puede llegar a manifestar un síntoma cannábico en mi parecer es una magnífica estupidez.Porque es precisamente esa la clave. Todo es cuestion de administracion de la dosis, es igual que con las medicina, una cantidad puede ser beneficioso, una dosis excesiva mortal.Desde el inicio de los tiempos el hombre consume droga de forma ocasional para buscar detrmindaos estados de conciencia.No obtsante, el mundo actual hace que el uso de la droga se halla vanalizado, de forma que no se aprecia realmente el potencial positivo que pueden tener ciertas experiencias controladas, pasando al uso indiscriminado, habitual, de facil acceso,para calmar ansiedades,adicciones fisicias,etc...( todas las varibales posibles).
ramon- Mamá Micho
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Re: Cronica de un empanado:Jovenes hashisians.
Hay que fumar al final del dia, cuando ya has cumplido tus obigaciones de ser humano con la sociedad....entonces te puedes permitir el desconectar tu cerebro....
Lo que no quita que de vez en cuando uno se de un caprichito....pero no puede ser la tonica del dia.
Lo que no quita que de vez en cuando uno se de un caprichito....pero no puede ser la tonica del dia.
Robe- Gato Callejero
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Re: Cronica de un empanado:Jovenes hashisians.
ramon escribió:Para abrir un poco debate, me gustaria precisar damian, que en mi opinion no estoy deacuerdo en tu conclusion en esta parte:
Intentar saber con cuanta cantidad o con cuanta rutina se puede llegar a manifestar un síntoma cannábico en mi parecer es una magnífica estupidez.Porque es precisamente esa la clave. Todo es cuestion de administracion de la dosis, es igual que con las medicina, una cantidad puede ser beneficioso, una dosis excesiva mortal.Desde el inicio de los tiempos el hombre consume droga de forma ocasional para buscar detrmindaos estados de conciencia.No obtsante, el mundo actual hace que el uso de la droga se halla vanalizado, de forma que no se aprecia realmente el potencial positivo que pueden tener ciertas experiencias controladas, pasando al uso indiscriminado, habitual, de facil acceso,para calmar ansiedades,adicciones fisicias,etc...( todas las varibales posibles).
A ver yo me refiero a que encontrar la cantidad exacta o la rutina, para mi parecer, es prácticamente imposible. A cada persona, como en todo tipo de drogas, le sientan mejor o peor dependiendo de cada persona. Por ejemplo yo me puedo fumar 2 porros y el Cobos 10 y encontrarnos en el mismo estado catatónico.
Pienso q según la constitución de cada persona, sus hábitos de comida, de realización de deporte, la salud mental y demás son factores muy cambiantes como para llegar a una cantidad estandar o generalizada específica para determinar lo dañino o no del cannabis.
Estos pensamientos son totalmente subjetivos aunque verdades como puños jajajaj yo soy la verdad universal e irrebatible jaajjaja es coña, me encanta divagar un poco...
Re: Cronica de un empanado:Jovenes hashisians.
Senores respecto a este tema hace ya unos mese colgue un documento en la seccion de libros sobre nuestro queridisimo antonio escotado, el cual tiene escrito varios libros sobre el uso" y no abuso de las drogas!
e ahi la cuestion y la gran diferencia, en esta vida todo lo q sea abusar es danino para la salud otras bien distinta es saber usarlas!
Saludos desde tierras lejanas!
e ahi la cuestion y la gran diferencia, en esta vida todo lo q sea abusar es danino para la salud otras bien distinta es saber usarlas!
Saludos desde tierras lejanas!
Guadamuro- Gatiti Mamador
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